Dentro del reducido número de bares de toda la vida que hay que conocer en Barcelona El Roure forma parte del capítulo de los indispensables. Inaugurado en 1889, ha conocido la larga historia del barrio de Gracia y de sus fuerzas vivas que hicieron de él un centro de reunión, de charlas y aperitivos. Se llamó Bar El Roble durante la dictadura, para recuperar su antiguo nombre en la transición.

Toda una trayectoria que conoce su actual dueño Antonio Corvillo. Entró como camarero en 1962 y los anteriores propietarios se lo vendieron en 1976, convencidos de que Antonio sabría mantener el espíritu de un establecimiento en el que la alegría parece formar parte del paisaje de tapas que valen la pena probar hasta hacer de ellas un menú largo y estrecho. En el deberían figurar los callos, las albóndigas, la famosa ensaladilla de atún con mayonesa, la esqueixada, resuelta con respeto por el producto, con un bacalao que sabe a bacalao. Sin olvido de las anchoas, otras tapas dignas de tapeo son los pimientos fritos, las croquetas, más todo aquello que sugiera la visual poderosa de una barra  bien surtida y atestada de parroquianos, que parecen dejar sus preocupaciones en la calle. Al margen de estas tapas económicas y otras de cocina que figuran en las pizarras, en el Bar Roure ofrecen un menú de mediodía a 12 euros, un menú de cuchara que tiene su estrella los jueves, día consagrado al arroz.

Soy asiduo del Bar Roure desde hace 30 años, a pesar de haber ido cambiando de domicilio  y de vivir ahora a bastante kilómetros de una casa en la que tienen antídotos contra la tristeza vital,   un bar que  puede no gustar a los amantes de las tapas selectas, de alta cocina y a todos aquellos a los que moleste el ruido y la camaradería de barrio. Los trolls también parecen no soportar tantos impactos.

Luis Antunez (esquina Riera de Sant Miquel)
Tel: 93 218 73 87
Día de cierre: Domingo
Horario:
De 7h a 1h de la madrugada sin interrupción
Menú de mediodía 12 euros