Víctor Llacuna: Víctor Llacuna: Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona. Miembro de la sociedad Culinary Historians of Boston. Ha sido colaborador de Catalunya Universitaria, Regió7, Popular 1 y Diari de Tarragona. Es Máster en Educación por la Universidad de Barcelona y Máster en Estudios Hispánicos por Boston College University. Hace trece años que vive en Boston donde ha trabajado como profesor de lengua y literatura. Coleccionista de libros sobre temas relacionados con la gastronomía y las distintas bebidas. Aficionado a asistir a conferencias y eventos sobre temas gastronómicos.

Tres bodegas, tres personalidades, un origen y un destino: Tres ejemplos de éxito en California

El periodista Jon Bonné en su libro “The New California Wine” defiende la existencia de un mito romántico tras la industria vitivinícola californiana. La imagen del aventurero, de la empresa familiar queda parcialmente en entredicho cuando Bonné expone los datos recogidos por el inversor David Freed. Éste calculó hace dos años que el 64 por ciento de las ventas de vino de California correspondían a sólo tres grupos industriales: Gallo, Constellation y Wine Group. Teniendo en cuenta que más de un 90% de la producción de vino en Estados Unidos parte de California, queda claro el nivel de concentración industrial existente.
Si California fuera un país, sería la cuarta nación en producción de vino del mundo, se trata de un mercado en que grandes grupos industriales han querido participar. Por su parte, se puede observar lo bien que supieron adaptarse las empresas españolas al entorno californiano, sin renunciar a su sello de origen. Marimar Estate (nacida en la familia Torres), Gloria Ferrer (fundada por José Ferrer, de Freixenet) y Artesa (de la familia Raventós, nacida como Codorniu Napa) son empresas exitosas, sostenibles y con marcada personalidad.

Marimar Torres se estableció en San Francisco en 1975, aunque empezó la actividad de su bodega en 1986. Encontró en Green Valley –una zona fresca en el borde de Russian River Valley (Sonoma)- su lugar para crear sus vinos de pinot noir y chardonnay. En las Wine Expo más de un productor, al saber que soy de la zona de Barcelona, me ha mencionado el nombre de Marimar Torres, siempre elogiosamente. El cuidado y calidad de los vinos de Marimar Estate se ha visto reflejado en calificaciones de los periodistas especializados, consistentemente en la zona del excelente. Marimar Estate añadió a su catálogo un albariño del que Robert Parker declaró que era el mejor vino de esta variedad que había probado en Estados Unidos. Su consumidor objetivo es el ´ connaisseur ´ - vocablo que gustan utilizar los norteamericanos. Por ejemplo, el precio de venta del pinot noir Doña Margarita es de unos 75 dólares en Estados Unidos. Se puede encontrar en España por unos 44 euros. En su bodega celebran periódicamente eventos culturales y gastronómicos en que se promocionan las culturas española en general, y catalana en particular. El hecho de que dos de sus parcelas lleven el nombre de sus padres -don Miguel y doña Margarita- es ilustrativo del amor de Marimar Torres por la tradición. Sin embargo, no renuncia a las nuevas tendencias en agricultura que puedan mejorar el producto de una manera sostenible. Tras conseguir su certificado de cultivo orgánico, Marimar Estate está dando pasos en la exploración del cultivo biodinámico. En 1991, Marimar Torres publicó el libro de recetas ´The Catalan Country Kitchen´ con gran éxito.

Gloria Ferrer Caves & Vineyards se instaló en 1982 en la parte de Sonoma del distrito de Carneros, a unos 40 kilómetros al norte de San Francisco. José Ferrer, entonces presidente de Freixenet, bautizó la bodega con el nombre de su esposa. Gloria Ferrer es una de las pioneras en la plantación de pinot noir en Carneros. La especialidad de la casa es la producción de espumosos, de pinot noir y chardonnay que importaron de Champagne. Su Royal Cuvée es un vino de lujo por debajo de los 30 dólares. Se trata de un buen precio considerando lo caro que es el vino en Estados Unidos. Sus espumosos más económicos –sin entrar en el segmento de lo barato- gozan de gran popularidad, siendo considerados de excelente calidad-precio. El edificio de Gloria Ferrer es inconfundible: una masía catalana desde las que se disfruta de vistas espectaculares. También ejercen como embajadores culturales en California. Por ejemplo, este mes de julio celebrarán la edición número 22 de su ´Catalan Festival´. Su declaración de intenciones es clara: la mezcla del ´entonces´ y el ´ahora´.

La familia Raventós (Codorniu) produce desde 1991 sus vinos californianos en su bodega Artesa –cuyo nombre proviene de Artesà (artesano, en catalán).  En sus inicios, la compañía operaba como Codorniu Napa. Al cambiar a Artesa se focalizó en vinos tranquilos. Aunque su central está en el distrito de Carneros -en la zona de Napa- ha optado por no limitarse a una región o variedad concreta. Su filosofía es la diversidad y lograrla allá donde crezca mejor. Produce bajo varias denominaciones de origen (Alexander Valley, Carneros, Atlas Peak y Napa Valley). Cuenta con una extensa distribución. Sus vinos son fiables, de una gran calidad-precio y una amplia gama de precios, entre 14 dólares de sus vinos más básicos a los 85 dólares de algunos de sus cabernets. La variedad de orígenes y uvas no va en detrimento de la calidad; ésta es consistentemente buena. Artesa introdujo las variedades albariño y tempranillo con las cosechas del 2005 y 2007, respectivamente.  Su Reserva Cabernet Sauvignon de Napa Valley es espectacular.

Artesa cuenta con una de las bodegas más espectaculares de California, diseñada por el arquitecto barcelonés Domingo Triay. Está integrada al paisaje de manera que prácticamente penetra en la montaña. Cuenta con una fuente presidida por una escultura del artista catalán Marcel Martí. El interior tiene un aire de museo contemporáneo y, de hecho, siempre cuenta con alguna exposición. Aunque hubo una polémica hace un año a causa de una expansión que suponía talar unos árboles de un bosque, Artesa siempre ha llevado consigo el sello de respeto por el entorno natural y un carácter del Mediterráneo más contemporáneo.

Las tres empresas entendieron que era necesario integrar su cultura a la del ´Wine Country´ -así se denomina a la zona de producción vitivinícola del norte de California- y acertaron al contar con la ayuda de profesionales locales de gran experiencia. Gloria Ferrer contó en sus principios con el soporte de Eileen Crane, enóloga de Domaine Chandon y posteriormente de Domaine Carneros. Actualmente Bob Iantosca, un veterano de la zona, es su enólogo.  Artesa, por su parte, cuenta como jefe de producción a Mark Beringer, perteneciente a una de las familias pioneras de la industria vinícola del país. En el caso de Marimar Estate, la misma propietaria dirige las operaciones.