C/ Perill 33 · Barcelona · Telf. 93 4589624
Dentro de esta guía de restaurantes se podría establecer otra, popular, con un punto de secreto, gracias a la cual podríamos recorrer gustativamente los distintos barrios que constituyen la ciudad de Barcelona. Esta suma de aventuras nos llevaría desde de la cocina marinera de la barceloneta, a la de las fondas y restaurantes de Sants o deGracia.
Es un viaje en el que siempre comeríamos mucho y bien, alejados de los platos y las cocinas de diseño, dentro de un ambiente en el que se tiene la seguridad de que los comensales están ahí para disfrutar.
El restaurante Bilbao podría ser el inicio de esta guía no escrita. Fundado hace mas de 50 años, ha visto pasar por sus mesas a todas las fuerzas vivas del barrio, que han sabido asimilar la presencia de todos aquellos que, como este cronista, siempre ha encontrado en Bilbao una mesa en la que ejercitar el placer de la tertulia, mientras daba cuenta de un buen solomillo y de un tinto de las muchas referencias, mas de cuatrocientas que guarda la bodega. Una buena muestra de botellas a la vista, forma parte de esta carta y de una decoración en la que se mantiene el espíritu de estos pocos establecimientos que no han caído en la tentación del diseño. Las mesas, las paredes cubiertas de recuerdos, el trato familiar, muy de casa de menjar, contribuyen a crear una sensación que nos potencia las ganas de vivir.
Al margen de leer la carta, los fieles de Bilbao suelen preguntarle al maitre Jose Otero que hay de especial. Otero tiene transmisión de pensamientos con el chef Jordi Olivet, por lo que la recomendación del pescado del día, la lubina o la dorada, es un precepto que hay que cumplir. Si van en grupo, lo que en Bilbao es casi una tradición, no olviden los pulpitos, que hace una hora brillaban en los puestos del pescado de los mercados de Gracia. Tras ellos y con un vino tinto de crianza, mi recomendación les orientará hacia los platos de carne, que tienen su estrella en el rabo de buey y en una espaldita de cabrito, tan sencilla como excelente, sin maquillajes estéticos de nueva tecnología.
Siguiendo un ritual que tengo establecido en esta casa, siempre tomo el mismo postre. Es evidente que la sopita de fresa es buena. Nada que objetar a la repostería, y en especial al tiramisú. Pero la existencia de una tarta tatín, y la idea de que la manzana caramelizada esta íntimamente ligada al calvados, me obliga a seguir un ritual en el que acabo encendiendo la mejor de mis pipas, porque Bilbao tiene un espacio para esta afición que, auque muchos no lo crean, lleva a la beatitud.
Miguel Sen
BILBAO
C/ Perill 33
T. 93 4589624
D.C: Domingo y festivos
Precio aprox: 30€
He vuelto al restaurante Bilbao, del barrio de Gracia, en busca de la cocina sencilla y bien hecha de un establecimiento que lleva 50 años abierto. Esta vez me ha tocado la mesa que tiene al alcance de la mano la foto dedicada de Javier Bardem, uno de los muchos clientes fieles que practican el sentido común de comer bien a un precio casi increíble en la ciudad de la inflación. Parte del éxito se debe a la buena costumbre del chef Jordi Oliver de comprar cada mañana en el antiguo mercado de Gracia, alias el de Abaceria. Añadan el trato agradable, humano, del propietario y de todo su equipo, con el maître José Otero dotado de una memoria privilegiada de los gustos del comensal y se entenderá mi consejo de reservar mesa en un restaurante que rebosa una vitalidad que se refleja en la colección de fotos y obras de arte definitorias de la estética del Bilbao.
Al margen de un menú a 11 euros, con platos frescos y de cuchara, equilibrados, la carta de Bilbao mantiene las referencias que se han dado en llamar de cocina de mercado. No faltan los gazpachos y salmorejos. Como corresponde una casa de menjar barcelonesa, están presentes los canelones, la tripa con cap y pota y un novedoso timbal de pulpo. Resultado directo de lo que se vende en Abaceria son los platos del día, los calamares encebollados, las gambas, el rodaballo con ajos la merluza a la manera de Santurtzi o el bogavante entero a la plancha, la tentación más cara a 28 euros. Sobre los segundos de carne, y al margen del clásico cabrito al horno, el criterio del chef se establece comprando buey Agnus irlandés y entrecote de vacuno gallego.
Otra de las señas de identidad de Bilbao se encuentra en el subsuelo, gracias a una bodega muy bien elegida, con precios que mantienen una relación directa con la concepción económica de la oferta. Como el día de mi visita la carta planteaba, tras unos embutidos de la Seu d’ Urgell, excelentes, un salmorejo, sin pepino, con un rico picadillo y unas costillas minis de cordero lechal, irreprochables, he buscado un tinto importante entre una selección en la que no hay que olvidar el Summa Varietalis 2004, una pieza que elabora el Marqués de Griñón, el Matarromera, de Ribera de Duero, o el Pago de los Capellanes, incluida la versión de lujo llamada El Nogal. Pero como tenia un día de Priorato y las costillas y el filete con patatas marcaban mi destino, ha sido el notable Lo Givot 2004, buen coupage de garnatxa de viejas viñas, más samsó y cabernet. Un tinto importante ideal con el surtido de queso con membrillo casero. Los postres, que valen sobre los cinco euros, plantean desde un tiramisú a un brownie de chocolate a la manera de Jordi Oliver. Luego, he pasado a la sala dónde esta permitido fumar para concederme el lujo de un cohiba y un calvados Roger Groualt de 8 años.
Miguel Sen
Perill 33
Tel: 93 458 96 24
Dia de cierre domingo y festivos
Precio menú medio día 11 euros
A la carta a partir de 25 euros
Vacaciones mes de agosto
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