Paseo Zona Franca 228 · Barcelona · Telf. 93 332 02 41
Recomiendo los nuevos platos que elabora Borja Sierra en Granja Helena: Las pochas con berberechos, la sopa de congrio t almejas, la ensalada de ventrisca de salmón, una ventrisca asada y macerada. Sumense al placer del tartar de vieiras y erizos con vinagreta de yema de huevo. Los precios sin los de siempre al igual que el ambientazo
Crónica de mi anterior visita
Barcelona es una ciudad que guarda una guía secreta de direcciones donde se come magníficamente bien, al margen de estrellas y distinciones políticamente correctas. Muchas veces el espacio, las mesas, o sencillamente la decoración de estos establecimientos también escapan de lo que se ha dado en llamar un restaurante sofisticado. La Granja Elena forma parte de los lugares insólitos en los que la materia prima, el recetario y las manos que lo elaboran están por encima de cualquier curso de diseño.
La carta que plantean Borja Sierra y su madre Olga Calvo, con el padre Abel Sierra como finísimo somelier, se mueve dentro de un recetario clásico, perfectamente resuelto, lo que quiere decir un buen conocimiento de los lentos procesos característicos de este tipo de cocina y una selección de productos de primera. La suma de estas dos directrices proporciona unos platos de primerísima calidad que han hecho de esta Granja un lugar de culto gastronomico.
A este nivel estaban las dos croquetas de bacalao que probé de aperitivo. Las croquetas siempre son un indicio de por dónde va la cocina, y si son sabrosas, como en este caso, ya podemos pensar positivamente en el plato siguiente, una sardinas ahumadas cubiertas por una finísima galleta, acompañadas por ratatouille. Buena receta, con un toque de ahumado, presente pero matizado, muy dentro de las concepciones culinarias del chef. El vino propuesto por Abel Sierra fue Trossos, un blanco de la D.O Montsant, una ganarcha blanca que elabora el arquitecto Alfredo Arribas. Uno de los pocos vinos blancos que permiten afirmar que en este país se pueden elaborar con la calidad suficiente para tener una larga crianza. La variedad y el suelo de arcillas lo permite.
Las alcachofas de Tudela estofadas con almejas gallegas responden a la cocina de temporada en sentido estricto. Excelente verdura y notables almejas. Perfecta la salsa, el punto de las alcachofas, con las almejas al dente, vivas de sabor. La untuosidad de la salsa, lograda con el aporte del marisco, hacen de este primero un guiso de cuchara.
Otro plato también muy de temporada, que recomiendo, son las habitas y guisantes salteados con perrechicos y “bull” negro, una butifarra de sangre de gran calibre, típicamente catalana. Cortada finamente, se deshace en el plato, integrándose con los demás sabores, potenciados por unos perrechicos tratados con el debido respeto a una seta tan delicada. Un plato que despertó la atención de los vecinos. Las cortas distancias entre las mesas de La Granja Elena hacen posible una camaradería gastronomica, una agradable sensación que forma parte de la magia de este local.
Permítanme una obviedad: las cocochas, las de merluza, las de verdad, pueden ser un plato excelso, o unos artilugios sin gracia, o sin mas desgracia que su alto precio. Los aficionados a este plato están de suerte si prueban las que sirven en Granja Elena, en las que se aprecia la textura carnosa de la cococha, una virtud que desaparece cuando han sido congeladas. Muchas veces el pescadero congela unas cuentas hasta que tiene el peso preciso para venderlas a los restauradores. El resultado es una ruleta rusa de cocochas frescas o no tanto. En Granja Elena son de una frescura impactante, de salsa bien ligada con la guindilla presente, como deben ser.
He seguido con el cochinillo confitado y crujiente, un plato indispensable si se quiere probar un cerdito de piel tan buena y crujiente como sabrosa es su carne. Conseguir que la carne interior, junto a los huesos, sea sabrosa sin quedar deshilachada es virtud poco frecuente. Este plato, como tantos otros de la carta, es un fijo de la Granja, un establecimiento que sirve esmozar de forquilla, con muchos de los platos citados, más otros, como los callos y el cap i pota que también apetecen desde las 8h de la mañana hasta las 15h, tiempo humano y gastronómico en el que no podremos pasar por alto la tentación del arroz, resuelto según criterios de temporada, es decir, en primavera toca arroz de colmenillas, elaborado con un caldo de colmenillas. En mi caso el dorado cochinillo lo acompañé con un vino tinto, de la bodega Portal del Priorat también de Alfredo Arribas. Excelente tinto, rico en garnacha, que permite adentrarse por nuevos caminos gustativos en el mundo de los grandes Prioratos.
Atención también al magnifico surtido de queso, entre los que son todo una tentación el Idiazabal de leche cruda, un Gorgonzola impresionante, el Mahon de verdad, de leche cruda, un notable Saint Marcelin, el Comté de St Antoine o el Colston Bassett Shropshire Blue. En el tema quesos se aprecia de nuevo los conocimientos y el delicado paladar de Abel Sierra. Asimismo la señora Olga Calvo tiene muy buena mano para la repostería. Su tarta de ruibarbo tiene fama en Barcelona y un único problema: no siempre está en la carta. El día de mi visita si tenían el pastel de avellanas realizado como si fuera un suflé. Las avellanas son un ingrediente muy del gusto del chef Borja Sierra, que se esfuerza en promocionar un ingrediente en vías de desaparición culinaria. Al margen de los vinos citados la bodega tiene muy buenas referencias a precios ajustados. El servicio es totalmente familiar.
Miquel Sen
Paseo Zona Franca 228
Barcelona
Tel: 93 332 02 41
Día de cierre: domingo y festivos sábado solo desayunos de forquilla (hasta las 12h)
Precio aprox: 45€
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