Una de las buenas ofertas culinarias de la Barceloneta es Can Majó, más aun desde la ultima reforma de su interiorismo, que ha conservado el techo tan finamente diseñado por Enric Satué, al tiempo que ganaba calidez con un suelo de madera, un toque marinero que cuadra con el azul, tan de barca de pesca, de las paredes. Dentro de esta potenciación de la comodidad, la terraza anclada en la playa, una de las terrazas mejor situadas de la Barceloneta, dispone de unos paravientos que solo se utilizan cuando la brisa es excesiva, lo que nos garantiza el perfecto disfrute de una comida al aire libre.

La carta de Can Majó es, exactamente, la que uno espera encontrar dentro de la oferta de cocina de pescadores. Es un recetario que se mantiene fiel a la idea de los fundadores de este establecimiento, que tuvo en la señora Maria Cobalea, una gran dama de la cocina catalana. Ahora sus hijos dan continuidad a una serie de platos que podemos leer, no solo sobre papel, si no a partir de una vitrina, un expositor, en el que nos tientan las mejores cosas del mar. El día de mi visita figuraban unas ostras esplendidas, almejas de las Rías, percebes gallegos, las apreciadas espardenyas, cigalas de gran tamaño, gambas de lujo y un pez de san pedro de atractiva frescura, entre otras delicias de las que surgen los distintos arroces, las parrilladas y los suquets que han dado fama al restaurante de la familia Suárez.
  
En esta casa saben freír, una técnica que parece sencilla, pero que muchas veces arruina una buena materia prima. Sabiendo que serian exquisitas, me han servido unas ortiguillas, alias unas anémonas de mar. Me agradan por su sabor, esencia del mediterráneo y su tacto suave, esponjoso. Fueron contrapunto de unos boquerones aliñados, (el aceite de oliva Arbequina de l’Estornell de cultivo ecológico  y el vinagre de garnatxa de esta misma firma son muy buenos )  acompañados de pan con tomate. Aunque había otro frito importante, llanquetas a la andaluza, he optado por unos estupendos chipirones finamente rebozados. He acompañado estos entrantes con un blanco de la Bodega Alta Alella, de la variedad autóctona pansa blanca, equilibrado, de ajustada acidez, tal como corresponde a los vinos que elabora un enólogo con criterio y personalidad, el señor Josep María Pujol Busquets .

El primer plato de tronío es difícil de elegir dentro de un abanico en que hay tantas cosas sabrosas. Una de ellas es la cazuela de “closcas” que he pedido:  almejas, berberechos, tellinas, mejillones y cañaíllas, potenciadas por un sofrito con tropezones de jamón y el  jugo de cocción de los mariscos, todo ello transformado en una salsa ligera. Un plato en el que se ha respetado la textura de cada ingrediente.

Luego hay que enfrentarse a otra difícil decisión, o atacamos el amplísimo capitulo de arroces, o los pescados al horno. Complicada alternativa, sobre todo en el primer apartado, porque tanto los calderos de arroz, con verduras, bacalao o bogavante son muy atractivos, pero también lo son los arroces secos, las paellas peladas, los arroces melosos de cigalas y almejas o los arroces negros que tienen continuidad de color en unos fideos con tinta de sepia. Un capitulo de cocina de esta gramínea que me han llevado a pedir la más clásica de todas las paellas, según la tradición culinaria de la familia Suárez. Buen arroz de grano suelto y tostado, servido en amplia ración, presidida por una cigala y unas gambas de buen ver. Para aquellos que no quieran entrar de lleno en los recetarios de los fogones de barca de la Barceloneta quedan otros platos interesantes, las habas salteadas con jamón, el salmón marinado o la más creativa ensalada tibia de langostinos y lentejas.

La carta de postres también es larga, con trufas caseras, dos tipos de tartas tatin, tiramisú, la naranja a la naranja,  o mousse de chocolate blanco y maracuyá. Me he decidido por la más fina de las tatin, casi una galleta acompañada por un helado de vainilla. 
El servicio dirigido por Enric Suárez, es eficiente, de trato familiar y al mismo tiempo respetuoso.

Miquel Sen

Mayo 2012

Can Majó

Almirall Aixada 23

Tel: 93 221 58 18

Horarios: 13h a 16h y de 20h a 23h30

Día de cierre: Domingo noche y lunes

Aparcacoches

Precio aprox: 40 euros

Se aconseja reservar entre semana. Imprescindible la reserva sábado y domingo.

www.canmajo.es