Restaurante recomendado para todos aquellos que están estos días en Barcelona y disponen de coche y ganas de disfrutar de una cocina catalana estricta y excelsa.
Los italianos, descubridores del arte de saber vivir, nos han enseñado a coger “la maquina” para huir de la ciudad en busca de un restaurante no muy lejano. Son salidas en las que es importantísimo el nivel del establecimiento, porque la oferta culinaria y el entorno tienen que plantear un plus diferente de la ciudad. En estos días de agosto el mini viaje gourmet es un éxito de los sentidos si nos dirigimos al restaurante Hispánia, un establecimiento importante, tanto por lo agradable de la casa como por su cocina, en la que impera el respeto por el sabor y la calidad del producto, es decir, la ley estricta que caracteriza la cocina de las hermanas Paquita y Lola Reixach. Evidentemente, todos los buenos gourmets que no tienen Hispánia a la alcance de los 30 minutos que marcan los deseos de los conductores, deben tener presente que este establecimiento es ineludible, si se quieren conocer las formulas magistrales del recetario catalán.
Hispánia tiene dos lecturas estéticas distintas, el comedor clásico, ideal al mediodía y la nueva sala diseñada por Miquel Espinet, que alcanza un especial glamour por la noche. En ambas se plantea una carta que gira sobre lo mejor de la huerta, el corral y las subastas de la lonja de Arenys de Mar. A partir de esta poderosa realidad, hay que dejarse llevar por el consejo de las propietarias y cocineras. Si hay suquet de escórpora, rape con verduritas, si aparece la ensalada de tomates de Montserrat, o el exquisito pollo escabechado, ya tenemos un primer cuarteto que complica nuestra elección con la tentación de la perfecta langosta con patatas, los clásicos canelones o los simples, porque son puro sabor, chipirones salteados, o guisados en su tinta, una formula que también es una seña de identidad. Es una declinación de platos en los que jamás aparece el disparate, el adorno, la trufa en un plato de calamares. El comensal que guste de callos y alubias con morro y oreja también gozará de un recetario que recuerda los orígenes gerundenses, de Sils, de la madre de Lola y Paquita.
Insisto en que gran parte de este esplendido resultado culinario se debe a un trabajo previo que lleva al control in situ de los ingredientes. He presenciado como las señoras Reixach controlaban en la huerta de una payesa proveedora, el momento optimo de recolección de los famosos tomates llamados de Montserrat y las judías verdes del “cuc”. En otras ocasiones me han acompañado a la huerta donde crecen los famosos guisantes, en la población de Llavaneras, también en la comarca del Maresme, es decir, de proximidad. Dentro de sus técnicas culinarias, totalmente clásicas, he apreciado y así lo detectará el comensal, la utilización de caldos ligeros de verduras que sustituyen a los más pronunciados fumets e incluso a fondos de salsas, cuya potencia podría arrasar los matices más delicados de su recetario. Otro detalle que se aprecia en el plato, sobre todo si se trata de marisco, es la proximidad de este establecimiento con el puerto de Arenys, suministrador inmediato de las afamadas gambas de Arenys, que en esta casa he comido con arroz o de unas langostas que en este establecimiento preparan con una formula memorable, acompañadas por unas exquisitas patatas. Si preguntamos la razón de tal exquisitez, nos responderán que estas patatas provienen de una pequeña propiedad agrícola situada en Ibiza. Desde hace décadas mantienen una relación comercial en exclusiva, que hace a Hispania detentor de unos tubérculos criados en un clima único.
Es un respeto por la cocina bien hecha que se aprecia en los mas mínimos detalles, en los embutidos, con un txolis espectacular y unas populares butifarras negras sin atisbo de acidez, en la coca de pan con tomate y anchoas, o los buñuelos de bacalao, que en sentido estricto son crispells, porque están elaborados con pasta choux. Buenas conocedoras de la cocina francesa, su oferta de carnes tiene diversas estrellas, como la espalda de cabrito entera o el filete de buey à la ficelle.
Los postres, notable pa de pessic, indispensable la crema catalana y la bodega, llena de referencias de los mejores vinos franceses dan una dimensión luminosa a este establecimiento.
Miquel Sen julio 2010
Restaurant Hispània
Carretera Real, 54
Arenys de Mar - Caldetes
Tels. 93 791 04 57 i 93 791 03 06
Comida: De 13.00h a 16.00h
Cena: De 20.30h a 23.00h
Cerrado: Martes y Domingos Cena.
Vacaciones: Octubre (5 al 29).
Parking: propio
Precio aprox: a partir de 60 euros