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EL TEMAMACARRONES RELLENOS DE CARRILLERAS, LA RECETA DE LA XARXA, Y EL VINO FINCA GARBET DE PERELADA. POR MIQUEL SEN

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En un país en el que la norma parece ser que los restaurantes no sobrevivan a la jubilación de sus cocineros, 7 Portes es un caso que merece nuestro homenaje. Fundado en 1836 cumple este año su 175 aniversario, manteniendo su amplísima estructura, su decoración que ya forma parte del imaginario colectivo, cuando se piensa en paellas suculentas y un servicio eficiente. Para aquel que quiera conocer su historia con detalle, le recomiendo un libro perfectamente editado  por Edicións 62, del que son autores Josep Maria Carandell y Leopold Pomés, titulado  : Història del Restaurant de les Set Portes. 150 anys de vida catalana. La obra contiene un interesante recetario del que fue durante años chef de esta casa, el señor Josep LLadonosa.
Como por este establecimiento han pasado todos los famosos que en el mundo han sido, he ocupado el asiento señalado con el nombre de Manolete. Perfecta situación para disfrutar de una comida en la que, en ausencia del propietario, el señor Paco Solé Parellada,  han actuado de anfitriones Daniel Quer y Manel Martí, con Carlos Ruiz al frente de los fogones y Javier Requena como maître . Conocedores de mis gustos y convencidos de que he probado muchas veces los arroces de la casa, autenticas especialidades, lo que hace que se sirvan 300 raciones al día, hemos comenzado por el pan con tomate y jamón, aliñado a partir de un buen surtido de aceites, una apuesta por la modernidad oleícola. Entre los arroces que han quedado para otra ocasión hay que tener presentes la paella Parellada, un arroz sin trabajo que debe su nombre a un rico barcelonés, el señor Parellada, un dandy, que solicitó le prepararan un arroz que se pudiera comer sin el más mínimo esfuerzo. Al margen de este arroz en el que todos los bichos están pelados, la paella Manolete y el arroz negro contribuyen positivamente a que se alcance el numero de arroces diarios ya señalado.
 Seguidamente han servido unos espárragos de un calibre enorme, suaves, sin fibras acompañados por dos salsas, una mayonesa en su punto y un romesco sin personalidad. La continuación, presidida por cavas y vinos de la bodega Vall-Ventós, ( atención al delicado Gran Heretat, con agradables notas de crianza), fue un delirio centrado en otra de las especialidades de 7 Portes, el pescado del día. Sabrosísimos los salmonetes, cocinados sencillamente a la plancha, puro sabor mediterráneo y bien afinado el inmenso tronco de merluza, potenciado por una ajada con su punto justo de guindilla. Siempre hay que tener presente las dimensiones de la cocina de este establecimiento, de tal magnitud que hacen difícil la precisión total de los puntos de cocción que se pueden conseguir en otros restaurantes de dimensiones más reducidas.
Luego hemos continuado con otro clásico, los callos que seguro gustaban a Manolete, porque así  me lo había dicho otro aficionado a los toros y a los callos, el señor Néstor Luján. Dentro del capitulo carnívoro y sin olvidar el pollo de payes con perrechicos y moscatel o los tan solicitados canelones 7 Portes, hemos tomado la opción de pedir una carne a la parrilla. La ternera tenia la suavidad característica de las reses jóvenes con pedigrí gallego, mucho menos potente que las de buey o vaca. Si se opta por carnes más rojas, el chuletón de buey de 800gr es una sólida propuesta. Se sirve fileteado con guarnición de pimientos del Padrón. 
Como postre hemos dudado entre los melocotones al vino rancio con “borregos”, que siempre se acaban mojando en el vino hasta emborracharlos un poco, o la coca con cabello de angel y piñones. Perfecta coca que espero siguen sirviendo en 7 Portes otros 175 años.   Entre tanto lo celebré tomando una grappa friuliana, la Nonino, un trago que propicia la tertulia.

Miquel Sen
Septiembre 2011

Passeig Isabel II,   14
Tel: 93 268 86 50-
Precio aprox: 40 euros
Cocina abierta desde las 13h a la 1h
No cierra ningún día del año