Carlota Claver es una joven cocinera que pertenece a una de esas familias en las que la cocina ha sido el nexo de unión de generación en generación. Tal vez este sea el primer rasgo que se aprecia en su recién renovado restaurante: la voluntad de no romper con las raíces, pero añadiendo los detalles  de cosmopolitismo  gastronómico que marcan el paso de los tiempos. El hecho de firmar su negocio con su propio nombre, por otro lado,  denota la voluntad de imprimir personalidad propia a su trayectoria en solitario.
Por la misma razón  la oferta de Carlota  restaurante es el de  una cocina de mercado con platos de raigambre, productos escogidos y elaboraciones reconocibles  a los que Carlota ha añadido pequeños elementos de la cocina asiática que no chirrían en el conjunto, sino que le aportan un plus de delicadeza, de mimo. Si todo ello lo ubicamos, además, en un comedor no excesivamente grande, acogedor, de estilo propio, de ambientación  casi hogareña,  tenemos como resultado un restaurante donde apetece disfrutar de una comida sin pretensiones, pero eficaz.

Su carta está dividida en varios apartados para que cada comensal encuentre el plato que se ajuste a sus necesidades y expectativas. Del huerto a la mesa incluye dos  ensaladas muy  frescas donde no faltan canónigos, rúcula, flores, agucates o sardinas ahumadas, y las verduras clásicas del invierno, el brócoli y la col. Cómo no, en un tremendo trinxat con papada y butifarra negra. Nunca puede faltar es el título  del siguiente apartado de platos que abandera una sopa de cebolla con huevo a baja temperatura y gratén de Gruyère, unos rigatoni  orgánicos de quinoa ( señal inequívoca de los gustos de las nuevas generaciones alimentarias) o el foie de siempre con pan de espelta, el cereal de culto.
Los clásicos y los platillos que carlota denomina Fueron, son y serán son aquellas delicias archiconocidas que uno siempre reza para que no desaparezcan de las cartas de los restaurantes, ya que, lamentablemente, han hecho mutis por el foro en las cocinas domésticas: las croquetas o las alcachofas con almejas,  o los huevos rotos  que se preparaban con casi cualquier cosa que diera un empuje de sabor y color al plato ( jamón, sobrasada, setas, cebolla). En cazuela de hierro bien caliente y con pan recién frito son deliciosos, perfectos de cocción.

El capítulo de pescados reza Recién llegados de la lonja. A saber, el sashimi de atún con cebolleta tierna y manzana liofilizada ( detalles del stage de la cocinera en los fogones del El Bulli), cocochas de bacalao con un toque de alga wakame, salmón  a baja temperatura  con quinoa y alcaparras o una vieira a la plancha con una cremita de calabaza y ajos tiernos muy de la tierra. Las carnes figuran en el apartado de Platos de raza.  Aquí también entran en escena los de siempre ( cordero del Ampurdà o ternera frisona), pero con leves variante: canelones wantoong  de pollo pota blava, wayu marinado en soja y cítricos, etc.  Para acabar, las propuestas de Carlota  en el mundo dulce  pasan por las clásicas tartas Tatin y Shacer, los buñuelos de siempre, los helados de té verde, o unos deliciosos canutillos de masa de galleta rellenos de crema de fresa y sésamo caramelizado. En su punto justo de dulzor.
Un detalle muy  de agradecer en esta carta, por otro lado, es que cada plato tiene a su lado un circulito cuyo color indica si es apto para celíacos, si incluye lactosa, algún tipo de frutos secos o si es 100% vegano.

Los vinos no son nada desdeñables, puesto que la cocinera,  con título de sumiller por la escuela CETT, ha escogidos caldos para todas las ocasiones y los bolsillos. 40 referencias entre las que conviven grandes bodegas y pequeños productores, DO catalanas y españolas. Aparece  en esta carta el champagne Delamotte, el merlot rosado de Rovellats, el garnacha blanca cara Nord de Tomàs Cusiné, el multivarietal Principia Mathemática del celler Credo y el verdejo El Transistor, así como los tintos Els Pics, san Vicente o Carlota de Olivier Conti.
En general, Carlota restaurante es una opción más que recomendable para una comida muy correcta en medio de una jornada laboral , o para esas ocasiones en las que es posible reservar una mesa de 8 a 12 personas y disfrutar de grandes platos hechos con la maestría de quien ha mamado el oficio. 

Inés Butrón

Inés Butrón es licenciada en filología hispánica por la UB, periodista, escritora y autora de varios libros sobre temas gastronómicos: Ruta gastronómica por Cantabria,  Ruta Gastronómica por Andalucía y  Ruta Gastronómica por Galicia, Salsa Books, Barcelona 2009. Comer en España, de la subsistencia  a la vanguardia. Ed. Península. Madrid 2011"

Carlota Restaurant
París, 168. O8036. Barcelona.
Telf.: 93 430 91 19
Precio medio sin vino: 25/30 euros
No tienen menú.
Servicio de take away
Horarios:
Lunes, de 8’30 a 17h., martes a viernes de 9’30 a 00h, sábado 9’30 a 12’00, domingos cerrado.