Estoy de acuerdo con la definición de terroir cómo un ecosistema resultado de la asociación de un tipo de tierra, una topografía, un suelo, un clima, unas variedades de vid y de la persona. Sobre el aporte humano como arma para conseguir buen vino hay que recordar la actividad de los monjes. Por ejemplo, los cistercienses definieron una ración de vino limitada: un tercio de litro. Como no era una gran cantidad, valía la pena beberla de primera calidad.
En este sentido los monjes del Priorat sabían lo que hacían. Se nota en sus herederos, cómo en el tinto Cruor 2014 de la Finca La Fredat. Samsó (42%), garnatxa (38%) y syrah (20%), plantadas en el típico suelo de pizarras, dan un tinto elegante y pulido, largo en boca. Los 16 meses de crianza en barricas de roble francés nuevo y usado redondean este vino de profunda mineralidad.
Un tinto de La Fredat, marcado por el suelo de llicorella.
Miquel Sen
CRUOR 2014
CASA GRAN DEL SIURANA
D.O.C. PRIORAT
19,95€